Los pescadores recreativos se rebelan: “Stop falsas reservas”

J.L. MIRÓ

Los pescadores de recreo han dicho basta. Por primera vez en su historia, los cerca de 45.000 aficionados a la pesca de Baleares estarán representados por una plataforma que se ha propuesto denunciar la “discriminación” que, a su juicio, sufre este colectivo. Los impulsores de este grupo asumen que hasta la fecha han permanecido muy divididos y que no han sido capaces de tener presencia en los medios de comunicación y trasladar su mensaje la opinión pública. El resultado de esta atomización ha impedido hacer frente, aseguran, a la “permanente campaña de criminalización” que su actividad soporta por parte de las administraciones.

La nueva entidad, formada por las principales asociaciones, clubes y empresas del sector del ocio pesquero, nace con la intención de “sumar la fuerza de todos los pescadores recreativos, tanto de superficie como submarinos” y denunciar el “doble rasero” que el Govern aplica en la gestión de las Reservas Marinas de Interés Pesquero, que califican de “cotos privados de los profesionales”.

Desde hace varios días circula por las redes sociales y grupos de Whats App un cartel diseñado por la plataforma en el que aparece un mapa de Baleares con las reservas marinas de interés pesquero resaltadas en color rojo y el siguiente mensaje: “Pescadores, navegantes, aficionados, despertemos. Stop falsas reservas que nos discriminan sin proteger el mar. Luchamos por una protección medioambiental coherente y no exclusiva”. Al pie de esta imagen y esta consigna aparecen los logotipos de una treintena de clubes de pesca, tiendas, marcas, asociaciones e incluso la Federación Balear de Actividades Subacuáticas.

Los impulsores de la plataforma, al frente de la cual se han colocado en estos primeros compases el pescador submarino Andrés Sureda y la asociación IFSUA (Foro para las Actividades Subacuáticas Sostenibles), sostienen que, al contrario de lo que dan a entender las autoridades y algunas entidades afines, la pesca recreativa es con diferencia la más sostenible y la que genera un mayor beneficio social, al ser la que requiere más inversión en relación a la cantidad de pescado extraído. Se estima que por cada kilo capturado los aficionados han invertido 67 euros en cebos y material.

Una de las principales quejas de los recreativos es que las informaciones relativas a esta actividad de ocio ponen el acento en los casos puntuales de furtivismo pero nunca destacan el comportamiento responsable de la inmensa mayoría pescadores de caña y submarinos. Esto ha ido calando en la opinión pública hasta derivar, dicen, “en la mala imagen de todo un colectivo que se caracteriza por su respeto y amor al mar”.

En Baleares existen 1.570 kilómetros cuadrados de área marina protegida. Según los datos que maneja IFSUA, en el 97% de esa superficie está permitida la pesca profesional. La recreativa en embarcación con modalidades limitadas es posible sólo en un 36,2% del espacio protegido. La submarina, con un 14,3%, es la más castigada por las limitaciones, a pesar de ser la más selectiva. Las reservas integrales, donde se prohíbe por completo cualquier tipo de pesca, representan un irrisorio 2,9%.

«El Govern balear vende su política proteccionista hablando de grandes extensiones de reservas, pero oculta lo que realmente ocurre en ellas. Los submarinistas lo sabemos porque vemos lo que pasa bajo la superficie y estamos en condiciones de demostrarlo. La gente no es consciente de la realidad ni de los destrozos que se producen en esas zonas supuestamente protegidas», declaró Sureda a Gaceta Náutica en una información que recogía los datos de IFSUA.

https://www.gacetanautica.es/secciones-ampliadas/4334/1/48/pescadores-recreativos-dicen-basta-falsas-reservas-marinas-interes-pesquero-baleares-/

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